Cuando el dramaturgo estadounidense William Mastrosimone escribió Bang bang estás muerto lo hizo para poner en debate la problemática de la violencia en las aulas, y de alguna manera contribuir a que podamos “ver la tragedia antes de que suceda”, tal como ha dicho el autor en varias reseñas.
Tras 20 años de su estreno, esta obra que fue galardonada con el premio Peabody Award 2002, ha sido representada ya en más de 15.000 ocasiones.
Ahora, Guayaquil también recibe esta pieza teatral en el Estudio Paulsen, de la mano de Raúl Sánchez MacMillan. El elenco está conformado por egresados de esta entidad, quienes darán vida a las atormentadas almas de cinco jóvenes que se vieron involucrados en una masacre escolar en la Secundaria Columbine, en Estados Unidos, en 1999.
Esta pieza teatral –explica su director– pone su foco en temas como “el bullying, los videojuegos violentos, el uso de armas indiscriminado que está habiendo en Estados Unidos”. “Uno se pregunta ¿y por qué la montamos aquí en Guayaquil, Ecuador?, porque creo que la obra, además de hablar de esos temas tan importantes, habla de un tema muy universal que es la vida y la muerte y cómo estos personajes que son jóvenes –17 años– fueron cortados de sus vidas y todo lo que les faltó hacer, vivir”, cuenta Sánchez McMillan sobre esta propuesta que hace diez años dirigió en su natal Perú.
Para Sebastián Acosta, quien personifica al asesino, que luego de ser encarcelado empieza a ver a sus compañeros de aula fallecidos, la puesta en escena de Bang bang estás muerto es de alguna manera un llamado “a ver más allá de las apariencias”. “En la obra tratamos problemáticas tan comunes y es interesante cómo eso tan común puede desembocar en situaciones catastróficas”.
Con Acosta están de acuerdo sus compañeros de reparto: Danushe Zavala, Lissette Rezabala, Alfredo Salomón y Luiggi Muzzio. “Creo que esta historia merece ser contada en honor a todas las víctimas que han dejado los tiroteos a lo largo de la historia”, dice Zavala. En tanto que Muzzio cuenta que el proceso ha sido conmovedor y muy vivencial, ya que recurren a sus memorias para forjar los personajes.